Twitter nos sigue fascinando: el tiempo ha dejado atrás a todos aquellos usuarios que no han comprendido la red y ha creado una comunidad de usuarios activos que miran, buscan, leen, intercambian, conversan y hacen RTs. Y por eso sigue siendo una constante en las estrategias digitales de marcas.
Esta semana hemos estado terminando un plan estratégico a tres años vista para un cliente que incluía un amplio capítulo sobre su presencia digital. Y esto nos ha hecho pensar en que muchas veces los árboles no nos dejan ver el bosque, y corremos el riesgo de perder la perspectiva sobre lo que es realmente importante en redes sociales.
A veces nos preocupamos más de si Facebook crece más o menos que Instagram, de si tenemos que estar o no en Google + o en Google My Business… Como si la meta fuera simplemente tener un canal. Y nada más lejos de la realidad. Porque esto es la parte fácil. La parte que todas las empresas, en mayor o menor medida, cumplen. Pero… ¿Qué pasa después?